miércoles, 27 de agosto de 2008

tu corona tambien puede caer...

Arboles recién florecidos,pajaritos en sus ramas,el sol se asoma. Sus rayos contagian de alegría hasta la ultima piedra del fondo del arroyo. Parece una obra de Mozart.
Pero algo no esta bien, se oye un sonido ahogado... lejano
Nadie puede reconocerlo, por su pequeña intensidad.
En el castillo nadie lo nota. De una habitación, un poco obscura,húmeda y sin decorar,surge este sonido: es un llanto.
Sobre el lecho de plumas y gruesos cobijos se encuentra la princesa. Unos pasos mas allá, sobre el piso, su corona.
La princesa llora porque falló.
Sus dulces y blancas manos rodean su rostro. Su cuerpo,cada vez mas esbelto ahora esta contaminado.Y no puede hacer nada. Solo esperar que la reina dicte su veredicto.
La princesa se imagina terribles condenas: rodeada de masas ajenas,perdiendo agilidad y belleza. Sus caderas enormes, la cara redonda, los brazos inflados, sus codos con hoyuelos. Hasta que sin intención deja caer su mano sobre un hueso de su hombro, en ese instante su rostro se ilumina de nuevo, lo disfruta, lo acaricia. Busca otro, el de sus caderas. y lo encuentra ahí, limpio y puro
-Quizá no sea tan tarde- piensa la princesa.-Es hora de seguir
se levanta y abre las roídas ventanas, desde allí se ve el arroyo.
junta su corona y mientras se la coloca repite: Nadie dijo nunca que fuera fácil llegar a ser una princesa. sonríe en silencio. no todo esta perdido.
y se vuelve a asomar a la ventana,allá afuera todo es alegría. los arboles, los animales, el arroyo. parece una obra de Mozart.

No hay comentarios: